lunes, 16 de junio de 2014

EXCITANTES EXTRAVAGANCIAS




Y llegó el día de la verdad. O mejor dicho, la noche.
La noche del día 4 de junio fue la elegida para que los alumnos de 1º de Bachillerato de Artes Escénicas dieran el do de pecho y demostraran su talento interpretativo. Y así lo hicieron.
El lugar que dio acogida a tanto actor en ciernes fue EA! TEATRO y, desde luego, no pudimos elegir mejor sitio que ese, por diferentes motivos: lo pequeño y coqueto que es, lo cálido y entrañable, la amabilidad de sus técnicos y socios, su pequeña cafetería...

Llevábamos ya unos meses preparando el estreno de nuestro espectáculo. Fue Paco Redondo, ese hombre tan generoso y tan sabio, el que me aconsejó los textos: EL TAMAÑO NO IMPORTA (una selección de obritas dramáticas, escritas por gente joven, sencillas, pero con un trasfondo muy interesante). De la selección de las mismas y del casting me ocupé yo (aparte de la dirección y la escenografía, claro) . Y creo, por el resultado, que no salió del todo mal

Aquí podéis ver a los actores en los momentos previos a la función. Los nervios estaban a flor de piel...

















Finalmente se representaron ocho obritas, de una duración media de unos 8 minutos cada una. Con una guinda inicial que nos ofreció Cristina Tomás, hasta ese momento alumna de 2º de Escénicas, que a finales de este mismo mes se presentará a las pruebas de la RESAD, precisamente con un monólogo de Nina Zaréchnaya, extraído de LA GAVIOTA de Chéjov,  que interpretó en este pequeño escenario.





La primera de las ocho, que llevaba por título QUINCE, estuvo protagonizada por Miguel Ángel Aparicio, David Aranda y Gema López. Y contaba la triste historia de la muerte de un amigo entrañable y de la desolación y el vacío que su ausencia deja en quienes lo aman.





La segunda, QUIERO VIVIR, estaba interpretada por Ariadna Jiménez y Antonio José Gómez y en ella se podía ver al protagonista en plena sesión de tortura. Ariadna, la psiquiatra encargada de llevar a cabo el seguimiento del "paciente" intenta alienarlo y conseguir alienar, asimismo, a su hija. Él resiste porque tiene claro que "quiere vivir", simplemente.





La tercera, UNA PEQUEÑA FORMALIDAD, estaba protagonizada por tres actores: Ana Rosa Baidez, Mónica González y Luis Maestre. 






Y contaba con una sorpresa final: Pedro Rovira, profesor de Educación Física de la EA (y ya casi colaborador habitual en nuestras muestras teatrales), apareció al final de la obra, dando un toque humorístico a un tema tan peliagudo como es el tema de las adopciones.






La quinta obra, JUSTOS POR PECADORES, contaba con Ana López y Esperanza Torres como protagonistas principales. Y una serie de extras que improvisaron una divertida escena al principio de la misma.





En esta obra asistimos a la venganza  de una mujer, aparentemente normal, que ha sido capaz de urdir una terrible venganza contra la abogada que defendió un caso de corrupción, que acabó con el suicidio de su marido.





La sexta, EPITAFIO, tenía por actores a Lucía Soria y Carlos Adolfo García. 
Lucía, una médica despechada, que odia a los artistas y bohemios en general,  por su, según ella, "vida regalada", mata, inoculándole un virus mortal, a un pobre  poeta poeta desprevenido,  que ha caído en sus garras. Ella ejecuta ese acto terrible, con una asombrosa frialdad, mientras graba todo con una cámara de vídeo (para mostrar posteriormente las imágenes de tan tétrico tratamiento a sus alumnos)








En la séptima, BITS, pudimos disfrutar de la gracia y el desparpajo de dos entes cibernéticos (Cristina Bleda y Arlet Marrero) que consiguen, después de encontrarse por casualidad, corriendo "por un tubo", después de ser arrollados por una manada de megas y alguna que otra aventura más...escaparse de la red, dejar de ser simples números y aventurarse en la realidad, libres por fin.








La penúltima obra nos llevaba a los intestinos mismos de una truculenta historia que sucede en un sótano, donde la novia protagonista descubre que está muerta, que nunca se va a poder casar con su novio y que el hombre que la acompaña en su encierro, es su asesino. En LA NOVIA TIENE UN SÍNCOPE, Luz Gassol interpreta magistralmente a esa pobre alma en pena, atrapada para toda la eternidad por su funesto enamorado: Alvaro Jesús Sánchez.







Y, por último, RECICLAJE, interpretada en clave de farsa,  de  pantomima extravagantísima, por Elsa Sánchez y Óscar López, cerraba esta exhibición dramática.
Esta obra me recordó desde el principio a "Casa tomada" de Cortázar, porque si bien en este relato el lector no llega nunca a saber quién o qué acaba echando de su propia casa a los hermanos protagonistas, en Reciclaje, sí llegamos a saberlo: la basura. La basura orgánica, la inorgánica, el plástico, el cartón, el cristal...y todo aquello que es  inclasificable y, por tanto, imposible de reciclar correctamente,  hace que la pareja protagonista entre en una frenética y desquiciante locura. Delirante, extravagante y divertida. Ellos supieron defender muy bien a tan sabrosos personajes.












Y una vez finalizada la función, vino la recompensa: el aplauso del público y nuestra propia satisfacción por el trabajo bien hecho. Al que contribuyeron, y no poco, nuestros dos técnicos: del sonido se ocupaba Eric Ros y de la iluminación, Martín Moreno, quienes desde la cabina, y asesorados por Juan Cris, ambientaron a la perfección nuestro espectáculo. Sin ellos nada hubiera sido lo mismo.






El año que viene comenzaremos una nueva aventura con nuevos alumnos. Pero, estos que aquí podéis ver, siempre estarán presentes en mi corazón (por muy cursi que suene), por su talento, valentía, generosidad, buen hacer...la lista de virtudes que podría adjudicarles sería interminable. Así que lo dejo ya.

Pero os regalo unas imágenes de lo que sucedió después de nuestras EXTRAVAGANCIAS, que aunque de muy mala calidad, son un reflejo del buen rollo y del talento múltiple que existe en nuestro MUCHAMUECA..






Unas cervecitas para celebrarlo entre amigos, fue el mejor colofón para una noche llena de emociones.



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